Los egipcios creen en muchísimos dioses, que han creado el universo y a los hombres, y los protegen todos los días de la destrucción. Por eso, es muy importante que los sacerdotes los honren en su mansión sagrada , el templo.
Los dioses viven y mueren. El nacimiento de los dioses suele ser fabulosos: Thot, el dios -ibis, nació del cráneo de Seth. La vaca Hathor, hija del dios-Sol, surgió de una de las lágrimas caídas en la arena....
Los dioses también pueden morir, como Osiris, que fue asesinado por Seth, pero sus heridas suelen curarse mágicamente. Reinaron sobre Egipto mucho tiempo, antes de dejar esa tarea a los hombres. Discuten, se disputan la jefatura e intentan matarse unos a otros. Ra, el rey de los dioses, incluso es capaz de enfadarse.
Muchos dioses pueden tomar aspecto de animales, Anubis es un chacal, Ra es un escarabajo, Hathor puede tomar la apariencia de una vaca..... Por eso, en el antiguo Egipto animales como los gatos y los cocodrilos son objetos de verdadero culto. A veces, cuando mueren, su cuerpo es embalsamado y enterrado. Los egiptólogos han recuperado algunas momias de animales.
A menudo, un mismo dios puede tener aspectos diferentes pero lleva los emblemas que permiten reconocerlo (vestidura, cofia o cetro) aun estando transformado. Así, Thot puede representarse con una cabeza de ibis o una de babuino.
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